Y después del vivieron felices y comieron perdices...  

Posted by MuTrA

Este pequeño cuento empieza después de eso de: “y fueron felices y comieron perdices”. Es lo que pasó después de la boda del príncipe y la sirvienta que se convirtió en princesa. Es cómo pasaron esos días juntos, solos, conociéndose y conviviendo en su pequeño rincón, que era su palacio por esos días. Hay que decir que eran príncipe y princesa, pero no les gustaban los palacios. Eran felices con una casita sencilla en la que poder vivir, pero aún siendo humilde, era su hermoso palacio, porque ese es uno de los milagros del amor.
Pues bien... Cuando el carruaje llegó a su destino, nuestra pareja principesca lo primero que hizo fue instalarse cómodamente en el pequeño hogar en el que pasarían su luna de miel, luego prepararon juntos una romántica ducha en pareja de la que disfrutaron y se relajaron, seguidamente degustaron una deliciosa y sencilla cena, para, finalmente, acurrucarse en el lecho, su pequeño nidito de amor.
Al día siguiente no dudaron en caminar hasta el pueblecito en el que se hallaba su humilde morada para abastecerse con lo suficiente para los próximos días que permanecerían allí. A pesar del calor, fue un paseo muy reconfortante que sirvió para abrirles el apetito. Esa misma tarde, una vez estuvo todo recogido y acomodado, decidieron volver al pueblo, esta vez para pasear. Al llegar a su hogar provisional por la noche, trabajaron durante un rato en acondicionar el huerto para ayudar a los dueños de la mansión para agradecer su amabilidad al cedérsela por unos días. Al final del día tomaron una deliciosísima cena que les supo a gloria después de tanto ejercicio, una ducha caliente y la cama les brindó un relajante y merecido descanso.
El tercer día fue más relajado. Salieron del palacete y se trasladaron hasta la ciudadela para deleitarse con un almuerzo de una de las tabernas, pasear por el mercado y relajarse un poco comprando algún pequeño capricho para ambos. De regreso a su morada provisional se dieron una agradable ducha que les relajó y tomaron una rica cena para después ver una pequeña función teatral que se hacía en las cercanías y que alcanzaban a otear.
El cuarto y último día los dueños de la mansión regresaron, así pues entre todos recogieron todo para dejarlo en perfecto orden y también a hacer algunas pequeñas reparaciones para mejorar la casa y que sus dueños, unos bondadosos reyes, vivan más confortablemente. Finalmente, una vez estuvo todo en orden, se dispusieron a visionar un juego de pelota que podían ver desde la comodidad de su hogar. Al finalizar el juego, los príncipes volvieron a su hogar dispuestos a seguir felices con su vida de recién casados.

Fin.


†M†r†

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1 Alaridos en la noche

Donde hay amor, poco importa la riqueza...si no que le pregunten a Shreck y Fiona.
Bonito cuento, y sin duda, comeran perdices todos los dias de sus vidas.

Me ha encantado...aunque poco detallado ¬¬...dejare que mi imaginación fluya...jajajaja.

Muack, princesita...

2.7.12

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