Hoy tengo un mal día. Es un día de
esos en los que soy invisible, siento que mis esfuerzos e intentos no
merecen la pena porque no valen, nadie los aprecia. Soy el último
mono, lo último de la lista, si es que se acuerdan de anotarme en la
lista, ni siquiera soy una prioridad.
Hoy es uno de esos días en los que no
debería salir de la cama y sólo limitarme a comer, ver la tele y
respirar, como si fuera una planta.
Hoy soy insignificante inexistente.
Hoy no soy nada, no merezco la pena y
da igual lo que haga.
Hoy podría llorar amarga y
desconsolada y nadie se daría cuenta.
Hoy cualquier diminuta brizna de polvo
microscópica vale infinitamente más que yo.
Hoy No Soy Nada.