Nightmare.  

Posted by MuTrA

Íbamos camino a clase en el autobús escolar. Todo iba bien salvo porque todo el mundo estaba alborotado. No sé por qué era, pero estaban excitados, era extraño.

Para evitarles un poco a todos me centré en el mar y descubrí a qué se debía su alboroto: El mar estaba revuelto, tan revuelto que la marea alcanzaba la avenida marítima, la marea, que no las olas, las olas eran lo bastante grandes como para llegar a cubrir la carretera, lo cual había provocado una catástrofe. Por eso todos los coches iban bastante acelerados: Por si las olas alcanzaban la carretera. Era de un color azul intenso mezclado con un gris oscuro y extremadamente plomizo, salpicado de destellos blancos por la espuma que más bien parecía el sistema nervioso del mar con sus ramificaciones interminables a la vista.

El mar atrapó mi atención y mi mirada y ante mis ojos vi cómo una ola en toda su furia destrozaba un enorme barco partiéndolo por la mitad después de zarandearlo violentamente como si fuera un barco de juguete con el que un niño jugaba. “Ojalá sea un barco pesquero y no un petrolero” pensé  horrorizada y con el corazón en vilo. Pero eso no fue todo: Tal era la fiereza del mar que empotró, literalmente, un barco en la carretera por la zona que debería ser la laja. Era un barco muy resistente porque rompió la carretera mientras se clavaba en ella a lo largo de varios cientos de metros. El corazón me dio un vuelco al ver la carretera agrietarse justo al lado del autobús, aunque el conductor aceleró en seguida.

No recuerdo cómo, pero logramos llegar todos a clase. No sé por qué, las clases ese día se impartían en los anchísimos pasillos del centro docente, que parecía algo así como un vagón de metro.  Todos estaban alborotados, no había forma de que nadie se calmara, pero en mi mente tenía a mi pareja. Al menos él estaría calmado, de eso estaba segura y me vendría bien estar al fin con él. Pero algo no cuadraba.

Mientras que yo hacía lo posible porque nos sentásemos juntos en clase, el me evitaba y hacía todo lo posible por alejarse de mi. ¿Qué lleva a una persona a evitar a su pareja de esa forma? ¿Acaso había hecho algo sin darme cuenta? ¿Me había pasado algo? ¿De repente había mutado y era tan repulsiva que él no podía estar cerca de mí siquiera?  Tanto era así que terminó jugando al ajedrez con una pequeña que estaba por allí con su madre.

Al acercarme a ellos él se levantó y se fue después de aconsejarle a la niña que hiciera todo siempre con sus padres o podría pasarle algo. Desapareció sin despedirse siquiera dejando a la niña llorando y a la madre indignada porque trataba de enseñar a su hija que el mundo era un lugar bonito y seguro.

Limpié las lágrimas de la pequeña y le aseguré que no debía tener miedo, que el chico solo se refería a que era pequeña aún y debía estar siempre con sus padres. Eso pareció calmarla un poco y sonrió. Su  madre me dio las gracias y  me pidió que las acompañase a los servicios. Pero se desvió y en lugar de ir al de chicas fue al de minusválidos.

Al abrir la puerta mi corazón pareció intercambiarse con mi estómago: Una niña, más bien una preadolescente, estaba allí, tirada en el suelo, rígida, parecía muerta, estaba desnuda y algo parecido a vómito marrón la cubría, tanto a ella como al suelo. Su posición era un tanto grotesca: Aunque estaba en el suelo, su cuerpo mantuvo su posición como si estuviera sentada, como si hubiera muerto vomitando sus órganos triturados mientras estaba sentada en el baño y en una arcada hubiera muerto y hubiera caído muerta ya con el rigor mortis.

La madre no pareció sorprenderse, pero yo me lancé a tomarle el pulso mientras la enviaba a llamar a un médico o una ambulancia. Desapareció llevándose a la niña consigo para ponerla a salvo.

Cuando mis dedos tocaron el cuello de la chica esta abrió los ojos y se movió con dificultad, como si llevase mucho tiempo esperando en aquella incómoda posición y tuviera el cuerpo entumecido.

Traté de decirle que no se moviera, que debía esperar tumbada al médico, pero cuando se giró no pude evitar alejarme un paso de ella asustada: Sus ojos eran grises… Como los de una fotografía en blanco y negro con poca luz y sin iris. Totalmente grises con un diminuto punto negro que era la pupila.

Me miró intensamente mientras se acercaba a mí. Yo me alejaba sin darle la espalda, con movimientos lentos para no provocarla. Con un hilo de voz empecé a pedirle que no me hiciera daño de forma suplicante. No obstante no se detenía en sus movimientos algo rígidos pero con cierto toque gatuno.

Trastabillé y caí terminando de espaldas, tras el inodoro, pegada a la pared mientras ella se acercaba a cuatro patas sin apartar la mirada de mí. Durante todo ese tiempo no paré de suplicarle que no me hiciera nada. No temía morir, temía no soportar el dolor si no me mataba rápido. Con las piernas traté de mantenerla lo más alejada de mí, pero ella seguía haciendo fuerza por alcanzar mi torso.

-                Vamos, pégame todo lo que quieras. Ya no me duele nada. – Dijo con una voz que parecía provenir de otro mundo mientras con el índice de su diestra, se aplastaba la nariz desde la base de las cejas hasta la punta para demostrar la ausencia de huesos, o, en su defecto, la gran, extraña e inquietante flexibilidad de los mismos.

En ese momento la puerta se abrió y entró la madre de la niña, esta vez sola. Se me paralizó la sangre en el cuerpo al ver la frialdad con la que contempló la escena en la que me había visto atrapada. La miré suplicante y le rogué ayuda con un hilo de voz que no sé cómo logré hacer salir de mi garganta.


              Sin decir nada, la mujer fue hasta la pared contraria a la que me encontraba y cogió el cable de un          enchufe, pero en lugar de sentirme mejor dudé de si me socorrería o de si ayudaría a la chica que me tenía      acorralada…



              †MuTяĆ


              P. S. -> Más de mil ochocientas visitas... ¡Guau! Realmente sí que no me imaginaba eso... Muchísimas gracias a todos los que os pasáis y desperdiciéis un poco de vuestro tiempo en leer esto. Y a los que dedicáis parte de vuestro tiempo a comentar, mucho más. Muchísimas gracias, de verdad.

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2 Alaridos en la noche

Anónimo  

Me gustan esos sueños oníricos, como otro que tuviste con el personaje del cómic joker en un bar, me recuerdas a uno de mis escritores favoritos Haruki Murakami, justamente ahora estoy con uno de sus cuentos y sueños: “Sauce ciego, mujer dormida”. Estoy intrigado por su desarrollo. Un abrazo.

27.2.12

No se que es peor, si no soñar nunca ( como le pasa al pobre Buzz ) o soñar esta puta locura !!!
De estos sueños, se podrian sacar, muy buenos guiones XD
Acabo de darme cuenta, de que hay entradas que no habia leido, pero es que tampoco me aparecen en las actualizaciones, menos mal que me avisaste :(

PD: estas tu, que voy a tomarle el pulso a la colega...

Besazos amor!!!!!!!!!!

3.3.12

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