Hace
poco, hablando de cómo ha cambiado la Calle Mayor de Triana, le dije a mi
pareja: “Sabremos que Triana ha dejado de ser lo que era cuando Rexachs y La
Guirlache cierren.” Y dos o tres semanas después, la realidad me golpea en la
cara: Rexachs cierra de forma definitiva el 28 del próximo mes de febrero.
Una
tienda que existe desde siempre para mí, que ha estado en el mismo sitio toda
la vida, toda una vida…
Y es
que este establecimiento lleva 60 años en activo. ¡60! Tres generaciones de una
misma familia han estado al frente del mismo. Tres. Se dice muy rápido, pero
cuando lo piensas, abruma un poco.
Pero…
¿Por qué cierra entonces, después de tanto tiempo? ¿Se han cansado? ¿La nueva
generación no quiere hacerse cargo? ¿Ya no venden tanto como antes? No, nada de
eso. El motivo, por desgracia, es más triste.
Tras
mucho batallar con las autoridades, finalmente han perdido la batalla por
mantener el Impuesto de Renta Antigua. Este hecho implica tener que pagar
precios y tasas abusivos que no pueden permitirse, lo cual les obliga a
liquidar existencias y a decir adiós para siempre, después de toda una vida,
una historia, de dedicación a todo lo relacionado con el material escolar, la
lectura, la escritura y el aprendizaje.
Su
último gesto para con sus clientes: Han puesto todo el material de papelería al
50% de su precio y aplican un 20% de descuento en todos los artículos de
librería.
Yo ya
me he pasado a hacer alguna compra y espero poder hacer alguna más antes de su
cierre. Y ¡ojalá hubiera podido comprar muchas cosas más de las que compré y
tengo en mente comprar!
No sólo
por mi “adicción” al material de papelería (que también, para qué negarlo),
sino también por ayudarles en la medida de lo posible y por darles las gracias
por todo lo que han hecho a lo largo de todos estos años.
15 de
enero de 2016.
Por
suerte pude pasarme por segunda vez y realizar una segunda pequeña compra antes
de su próximo cierre. Dudo que pueda volver a por alguna última cosa, pero aún
queda hasta la fecha límite y quién sabe.
En todo caso, adiós, Rexachs. Ha sido un placer.
Hasta siempre.
